Es asombroso lo difícil que es mantener el paso con cierta dignidad. Es asombroso lo difícil que es no dejarse llevar por los lugares comunes, por las ideas preconcebidas, por las corrientes de opinión, por los juicios fáciles y sin ningún fundamento, por la nueva religión que pretende suplantar a la vieja religión, en fin, religión… o imposición a fin de cuentas. Es asombroso lo difícil que resulta pretender ser una misma aunque una misma no sea nada en el concepto de una misma, y pretenda intentar ser feliz con su propia, y más que conocida, pequeñez. Es asombroso que una llegue a saber que una es pura anécdota en un mundo de impostura y que, sin embargo, ni nadie ni nada le obliguen a proclamarlo a los cuatro vientos, sino todo lo contrario.
¿Qué puede haber de asombroso en esta vida? Esta vida es lo que es. Por favor, si estás aún a tiempo mira a otra parte. ¿No te parece lo mejor?
10 comentarios:
Pero si yo sólo quería hablar de un pájaro travieso.
Bonito pseudónimo, mi admirada mente. Yo también le quiero.
Ya, ya sé que usted habla de lo que quiere. Yo es que sólo hablo de lo que me obsesiona, y así me luce el pelo, ¿no?
¿Matizamos? Yo hablo de lo que me apetece, usted habla de lo que le obsesiona, en ambos casos es lo mismo: hablamos de lo que queremos ¿Qué sentido tendría venir aquí y hablar de lo que quieran los demás?
A usted conmigo le luce mucho el pelo, porque me gustan tanto sus obsesiones que cualquier cosa que diga siempre será usada en su favor.
-PD. Sin embargo, debo añadir que también me encanta su estilo y su forma de escribir, lo que significa que estaría igualmente encantada de leerle aunque hablara sobre el arroz negro de Palafrugell con su punto caldosillo.
Po sí es asomboso, mu asomboso ...jjejee
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Ya no tengo argumentos. El jueves llamó por teléfono Oscar, me preguntó ¿que tal Mari?...contesté "Muy bien..cansada, pero bien...mañana ya es viernes"...y me lanzó :
"Jó, ya me gustaría a mí ser tan feliz como eres tú".
No supe que decir. No podia decirle nada. Nos conocemos desde hace más de 15 años. Hemos trabajado juntos. Conoce los malos momentos de mi vida, que ha compartido conmigo.
No dije nada. Él me recordó que tiene aún DVD míos que me tiene que devolver, y me habló de un artilugio nuevo que puede almacenar muchísimas horas de grabación de películas.
Luego, le pasé la llamada a mi jefe, para que hablaran de algún proceso judicial.
Total, que ya no sé que decir. Así que ....mejor no digo nada.
Besos si tengo todavía.
Le doy mi palabra de honor que usted será siempre para mi la primera Geisha que soñó con comer arroz negro. ¿Puede haber algo más auténtico, que una más? No lo creo.
Mangeles: Fíjese usted que en lo poco que la conozco estoy por darle toda la razón a su amigo Oscar. No se si será lo feliz que se merece, pero feliz si lo es, estoy segura.
y...¿vamos a dejar el ASOMBOSO...?
Ya... pero... esos lugares comunes y tal son parte de lo que nos forma.
PD.- ¿va a hacer caso a la sirena y hablará sobre el arroz negro de Palafrugell??? (qué rico, ay)
Con mirar basta, dado el caso que no haya la otra parte. Para eso hay que estar ahí, en la disyuntiva de creer que sales con algún fin preconcebido. Sin salir o llamando a tu interior, el eco de tus pasos hace tiempo que murió dormido o callando; como quizá haya que morir para que se note. Todo son lastres que determina por dónde vas, lo que hay que hacer. Dicen que haciéndolo así te sabes mejor, te lames, incluso, un poco. Y que luego te dirán lo que eres, que el quién se deja para los dioses que tampoco piensan en ti más de lo que desmereces. Es el asedio de ti mismo lo único que te presiona y catapulta a reinventar un mundo en el que tengas cabida. Casi siempre la cartuja que te pone la mortaja una estupenda mañana de invierno, sí, pero tu cartuja y el ansia incombustible de que todo deba, si no puede, ser de otra manera. Al final sale de ti lo que tenías guardado, en la revelación de que no hay otra cosa que la inconclusión de lo que miras; la ventana abierta y los pies preparados; lo desacertado de las primeras impresiones, engarzadas con el Rosario de la Aurora. Aurora es una señora que conocí en México y se ha muerto. Me encomendó la tarea de llevarle arena y agua del Cantábrico. Por fin tenía algo que hacer en faltriquera. Pasaron los años y volví con mi botellita, la satisfacción de lo importante por cumplido. Pero se había muerto. Entonces miré mi botellita: nada más efímero y semejante que a la vida. Desde entonces la llevo en el bolsillo. La etiqueta con el nombre del mar se ha borrado, ya puede pertenecer a cualquier escollera, y sólo de vez en cuando la abro para que la arenilla fina y amarilla como un cólico se escape cada vez más de las manos. Así es la vida. Nada que hacer. Sólo contrastar lo incontrastable y sin remedio pensando que alguien debía poner razón a esto y no dejarlo a los demás que ni soñamos ni estamos despiertos.
Es la eterna cuestión de la zanohoria que nos ponen por las narices.
Somos innovadores o imitadores?
En ocasiones, podemos hacernos cargo, de no plegarnos ni a un engaño ni al otro...
Asumirnos en esa mota que somos, cuestionarnos,apasionarnos, bueno, seguir nuestras propias zanahorias, hasta cumplir el ciclo.
Hablar de lo que quiere o de lo que nos obsesina, es lo mismo, como hablar de lo que que quieren otros.
Siempe hablamos de aquello por lo que fuimos hablados ;)
Me gustan tus devaneos.
Saludos
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